En los pueblos escondidos de la provincia de Buenos Aires, el viento de la mañana trae los aromas de los campos, y en la lejanía se aprecian las tranquilas arboledas. Estos lugares, que transmiten una profunda sensación de paz, seguridad y descanso, muestran la singular belleza de sus entornos naturales, convirtiéndolos en destinos muy atractivos. Particularmente, los pueblos de Bolívar son ideales para quienes buscan desconectarse y disfrutar de la calma de la vida rural.
Ibarra
Ubicado a 18 kilómetros de San Carlos de Bolívar se destaca por sus 16 manzanas, donde todas las casas exhiben techos de tejas españolas. Con una población de aproximadamente 40 habitantes, Ibarra ofrece la tranquilidad característica de los pueblos rurales. Entre sus atractivos se encuentran la Fiesta del Cerdo en mayo y la Fiesta del Chorizo Seco en agosto. También cuenta con la casa de retiro Cura Brochero (antiguo hotel El Hornero), un tanque de agua histórico en la estación de tren y una abundante vegetación, con cada calle forestada con una especie de árbol diferente.
Miramar
A 30 kilómetros de la ciudad de Bolívar es accesible por un camino sinuoso. Su principal atractivo es una pulpería histórica, una de las últimas 30 que quedan de las 350 censadas en el siglo XIX en la provincia de Buenos Aires. Este establecimiento se mantiene activo, ofreciendo jornadas de día completo con tablas de picadas, asado criollo y juegos campestres. Su propietario, Juan Carlos Urrutia, bisnieto del fundador, ha conservado el lugar intacto, invitando a los visitantes a un viaje en el tiempo.
Urdampilleta
Situado al sudoeste de San Carlos de Bolívar sobre la Ruta Provincial 65, Urdampilleta se originó en septiembre de 1904 con la estación de trenes "Torrecita". Poco después, Don Nicanor Urdampilleta solicitó fundar un pueblo en sus terrenos linderos a la estación, deseando que la localidad llevara su apellido en honor a su padre.
Hoy,los visitantes de Urdampilleta pueden explorar el Museo Municipal de Urdampilleta, que resguarda la memoria local, y la Iglesia Cristo Rey, un punto de referencia para la comunidad. Además, cada mes de julio, la localidad cobra vida con la Fiesta del Chorizo Seco, una celebración que tiene lugar en el predio de la Sociedad Española y que invita a disfrutar de las tradiciones culinarias de la región.